En esta ocasión, nos adentramos en las profundidades de la Cueva Mina de Udías. Tras la parte minera, en la que ya vimos cierta fauna troglóxena y troglófila (incluyendo entre ellas el opilión más grande de Europa), descendimos por la escalera. Girando a la izquierda recorrimos la cueva hasta el final, encontrando varias especies troflobias, como el asombroso opilión endémico Ischyropsalis cantabrica.







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